Entre los principales obejtivos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) está el de mejorar la atención del paciente pluripatológico y a los ancianos, así como la calidad de la asistencia que se presta a esta población. Es por ello por lo que ha llevado a cabo el Proyecto Profund, para "avanzar en el conocimiento científico de la supervivencia y deterioro funcional de los pacientes pluripatológicos", en palabras del Dr. Máximo Bernabeu-Wittel, coordinador del proyecto.
Así, el Dr. Javier García Alegría, presidente de la Fundación Española de Medicina Interna (FEMI), afirma que a través de este estudio se ha realizado una aproximación a la figura del cuidador, llegándose a la obtención de datos reveladores “que confirman una realidad sociofamiliar indiscutible que se había apuntado con cierta timidez en estudios más pequeños de centros sanitarios individuales”.
PERFIL DEL PACIENTE Y DEL CUIDADOR
En este proyecto han participado un total de 1.632 pacientes y más de cincuenta investigadores de treinta y seis hospitales españoles.
Las conclusiones a las que se han llegado son las siguientes:
- Algo más de la mitad de estos pacientes requieren de la figura de un cuidador, que la mayoría de las veces suele ser una persona próxima. Habitualmente ésta es una mujer de la familia y el paciente recibe los cuidados en el domicilio familiar.
- La relación más frecuente entre el cuidador y el paciente es la de padre/madre - hija, dándose este parentesco en un 43,2 % de los casos analizados. Le siguen el de esposa (40% de las ocasiones), profesional contratado (9,1%) y por último un familiar de segundo grado (7,7% de los casos).
- De los 1.632 participantes, 890 (más de la mitad) presentaban un importante nivel de dependencia, por lo que requerían de la figura del cuidador.
- De estos 1.632 pacientes, 1.186 contaban con la ayuda de esta persona cuidadora, que en un 81% de los casos era una mujer, de una edad media entre los 41 y los 50 años.
- La conclusión final es que suelen ser las esposas y/o hijas las que asumen el rol de cuidador, y lo hacen en el domicilio familiar.
Pero además en la actualidad, las mejores condiciones de vida y el avance de la medicina han propiciado que en los países desarrollados la esperanza de vida sea mayor, por lo que el número de personas que conviven con una o varias enfermedades crónicas durante muchos años también se ha incrementado, convirtiéndose así en pacientes pluripatológicos. En un estudio realizado en 2006, se constató que las personas de entre 65 y 74 años tienen una media de 2,8 problemas o enfermedades crónicas, alcanzando 3,2, entre los mayores de 75 años.
Según el Dr. Bernabeu-Wittel, “Estos datos deben hacernos reflexionar sobre cuestiones importantes como la igualdad de género, el rol clave que desempeñan las cuidadoras de pacientes frágiles en nuestra sociedad, el escaso reconocimiento institucional y social de este rol, y las implicaciones y connotaciones que supone”.
FUENTE: VADEMECUM.ES